Comenzar el día de manera saludable
Es bien sabido que, para comenzar bien el día, un desayuno completo resulta imprescindible. Se considera, incluso, la comida más importante del día. Pero, ¿realmente es tan importante? ¿Qué se debe priorizar para estar especialmente alerta y activo y qué se debería evitar?
El desayuno: ¿la comida más importante del día?
Durante décadas, la ciencia no ha conseguido ponerse de acuerdo sobre si el desayuno es bueno para el cuerpo o si es posible saltárselo tranquilamente. El bioquímico británico Terence Kealey llegó a describir el desayuno como peligroso, afirmando que a menudo produce obesidad y, como resultado, diabetes.
Afortunadamente, no es tan malo. En niños y adultos jóvenes, el desayuno es incluso capaz de evitar que los niveles de azúcar en sangre se eleven demasiado. Según los estudios realizados, los adolescentes que optan por desayunar se mantienen más delgados incluso llegados a la vejez. ¿Y los adultos?
En principio, el desayuno no es obligatorio. La historia evolutiva muestra que, con un buen ritmo de sueño y vigilia, incluso sin comer por la mañana, tenemos suficiente energía para manejar bien la primera mitad del día. El hombre comenzó a desayunar hace más de 2.000 años en Egipto. Por aquel entonces, además de pasteles y frutas, también se desayunaba cerveza y vino. En lo referente a las bebidas, hoy es preferible optar por bebidas no alcohólicas.
Tostadas de pan integral en lugar de copos de maíz
Aunque haya cierto desacuerdo sobre la importancia del desayuno, una cosa debe quedar clara: si optamos por desayunar, nuestro desayuno deberá ser saludable y equilibrado. Para empezar el día de manera saludable, lo ideal sería una mezcla de carbohidratos (preferiblemente integrales), frutas y verduras, así como alimentos ricos en proteínas como la leche, el yogur o el queso. Además, ciertos alimentos resultan especialmente indicados para despertarnos, como el jengibre, la avena, los cítricos o ciertas frutas como las manzanas o los plátanos.
Por el contrario, el clásico pan con embutido no es nada aconsejable, ya que la carne procesada es difícil de digerir y nos cansa, y es que, para procesar la grasa del embutido, el cuerpo consume energía que, de lo contrario, podría emplear en otras cosas. Del mismo modo, las harinas refinadas y el azúcar resultan demasiado pesados para nuestro estómago. Por ello, también deberíamos evitar los smoothies refrigerados, a menudo cargados de azúcares, y optar por un zumo de naranja recién exprimido.
Cuando el tiempo apremia
¿Sin tiempo por las mañanas para preparar una barrita o un muesli? Estos consejos nos ayudan cuando el tiempo apremia por la mañana:
- muchas cosas se pueden preparar perfectamente la noche anterior. La avena, por ejemplo, se puede dejar en agua o leche durante toda la noche. A la mañana siguiente, bastará con añadir algún topping, como frutas del bosque y miel, por ejemplo, para disfrutar de delicioso cuenco de «overnight oats».
- Si no tenemos tiempo o hambre por la mañana, basta con preparar nuestro desayuno para llevar: un smoothie casero, una barrita integral con queso o aguacate o un simple plátano.
- En las mañanas más ajetreadas, también puede resultar cómodo pasarse por la panadería de camino al trabajo. Una vez más, elegiremos con precaución: la opción más saludable serían aquellos panes hechos con harina de espelta, con semillas o con centeno integral, como el pumpernickel o pan negro.
Decidir si desayunar o no será mucho más fácil con estos consejos y nuestras deliciosas recetas para el desayuno.