En transversal: ¿Cómo ser y seguir siendo innovadores?
En el equipo ciclista profesional BORA – hansgrohe y en el área de Desarrollo de productos de BORA
Junio 2021
Innovación: una palabra que está en boca de todos en los últimos años, y es que, cuando se trata del diseño de nuestro futuro, todos los caminos pasan por ella. Quien se encuentre en el mercado debe saber seguir desarrollándose continuamente, renovarse, reinventarse incluso, sin olvidarse, especialmente, de mejorar en el proceso. Como si fuera tan fácil. La innovación de hoy es la tradición bien asentada de mañana, y puede que pasado mañana sea ya historia. No hay duda de que es un talento el dar con nuevas ideas y ser innovador, pero detrás de ello también encontramos un proceso permanente de observación y aprendizaje: el motor sin el que la innovación no sería posible.
Hasta ahí, la teoría. Pero, ¿como ser innovador y, sobre todo, cómo seguir siéndolo? Nadie mejor que un "Head of Innovations" para contestar a esta pregunta. Así que nos hemos dirigido directamente a dos "Head of Innovations": Sigi Gößler, responsable del área de Investigación & desarrollo en BORA, y Dan Lorang, al mando del área de Rendimiento & innovaciones en el equipo ciclista profesional BORA – hansgrohe. Electrodomésticos de cocina y ciclismo: dos áreas que no podrían ser más diferentes, se podría pensar, pero el camino hacia la mejora y el desarrollo continuos podrían estar más cerca de lo que parece. Si observamos especialmente la personalidad y la forma de proceder de ambos, podemos apreciar ciertos paralelismos muy llamativos.
Créditos fotografía:
BORA / Silvia Seebacher
BORA – hansgrohe / Christof Kreutzer
BORA – hansgrohe / Bettiniphoto
Dan Lorang
La suerte de los valientes y capaces
Sigi Gößler es ingeniero mecánico y, desde hace muchos años ya, Chief Technical Officer en BORA. En la batalla desde el principio. Acompaña todo el ciclo de vida de los productos de BORA, desde su concepción hasta su introducción en el mercado y el control de calidad, sin olvidar el desarrollo del producto. Apasionado del ciclismo, conoció el fundador de la casa BORA, Willi Bruckbauer, en un campo de entrenamiento en Mallorca. Aquella idea que surgió mientras se tomaban una cerveza tras una salida en bici acabó por convertirse en una verdadera historia de éxito. Al comienzo de su aventura en BORA, cuando construyó desde cero el departamento de Desarrollo de productos, Sigi solo contaba con un solo empleado. Desde entonces, algo ha crecido de manera considerable, y no hablamos únicamente de la paleta de productos: también nos referimos, por supuesto, al equipo. Ahora, en el área de Investigación & desarrollo trabajan 77 empleados, y la cifra crece continuamente.
Dan Lorang, nacido en Luxemburgo, estudió Ciencias del Deporte con especialidad en deportes de competición y se mantuvo activo durante años en el triatlón, ocupando, entre otros, cargos como el de entrenador nacional. Además, como entrenador de los triatletas internacionales Jan Frodeno y Anne Haug, es responsable de un total de cuatro campeonatos mundiales en el Ironman de Hawái. Pero él también optó por no seguir un plan a rajatabla en su carrera como entrenador. Dan se inició en el terreno de la mano de deportistas de disciplinas populares y personas que simplemente querían perder peso. También se encargó de asesorar a su compañera, la triatleta Anne Haug. Se le dio bien y le divertía, pero no ganó ni un solo céntimo con ello. "¿Cuántas veces más quieres hacerlo para convencerte de que funciona?", le preguntó su mujer, llegado el momento, dándole así el último empujón para probar suerte y hacer de su afición o, a decir verdad, su pasión, su profesión. Con ese autoconvencimiento llegó a la profesión, comenzándose a labrarse un buen renombre entre los deportes de competición de resistencia. Y con la certeza de que merece la pena ser valiente y lanzarse, hace cinco años que se atrevió a pasarse del triatlón al ciclismo, apoyando desde entonces al WorldTeam BORA – hansgrohe como entrenador y Head of Performance and Innovations.
Por el momento, con gran éxito. Pero, ¿qué capacidades y competencias son necesarias? La evolución de ambos comenzó con su propio espíritu innovador, aunque actualmente su día a día consista en dirigir todo un equipo y, sobre todo, capacitarle para ser innovador. Más allá del conocimiento especializado, hace falta contar con una atmósfera de trabajo creativa y, sobre todo, una estructura, afirma Sigi. Y saber escuchar y mostrar empatía, añade Dan. También en su personalidad encontramos líneas paralelas: los dos son más bien callados, emanan calma, a ninguno lo podríamos tachar de imprudente o impulsivo en sobremanera. Pero, como se suele decir, también en el caso de Sigi y Dan, mejor guardarse de "aguas mansas". Cuando dicen algo, es porque tiene peso y lo han pensado bien, y se nota. Saben lo que hacen y siempre actúan con sus objetivos en mente. De niños, no sabían perder. Claro, ¿a quién le gusta perder? Pero a través de las derrotas desarrollaron una especie de impulso interno hacia la perfección. Tras una victoria, se avanza. Y tras una derrota, con más motivo, puesto que de ella se aprende mucho más. Es algo que ambos aprendieron rápido, trasladándolo posteriormente de su vida privada y deportiva al ámbito laboral. En cualquier caso, no se creen el centro del mundo: estamos hablando de verdaderos amantes del juego en equipo. Los dos son conscientes de que "Teamwork makes the dream work", tanto en el ciclismo como en el desarrollo de productos. Y es que los éxitos alcanzados en equipo son aún mejores, porque uno puede compartir la alegría con los demás.
Teamwork makes the dream work
Suena todo muy fácil, pero el éxito laboral no es algo completamente planificable, sino que se desarrolla a partir de muchos y complejos ingredientes. La clave del éxito de los dos no es su ansia innovadora. Sigi no se ve como un gran innovador sino, más bien, como un "facilitador". Dan tampoco atosiga continuamente a sus atletas con ideas nuevas, puesto que cada uno reacciona y evoluciona de manera diferente. Mientras que un deportista siempre se muestra abierto a nuevas aportaciones, otro, por ejemplo, necesita más constancia y más tiempo para los cambios. Observando el natural tan diferente del esprínter Pascal Ackermann, el especialista en etapas y montaña Emanuel Buchmann y el todoterreno Maximilian Schachmann, resulta obvia la creatividad con la que debe jugar Dan Lorang en el asesoramiento de cada uno. Él trabaja, podría decirse, con la personalidad individual de cada uno y ese cierto factor X, en lugar de operar solamente con la técnica de la bici de carrera. La clave, sobre todo, es saber escuchar, ya que los deportistas necesitan de espacio y confianza para sentirse a gusto y dar el máximo. Dan, por ejemplo, sus ideas las comenta con un círculo pequeño del equipo de entrenadores en un primer momento, ampliándolo con precaución y probándolas después únicamente con los atletas que sabe que muestran una cierta afinidad y curiosidad hacia lo nuevo. Como entrenador, entonces, sabe dar un paso atrás y asumir conscientemente el papel de observador para recibir la opinión del atleta. En esta situación hace falta, sobre todo, paciencia, porque si hay algo que no se puede forzar es la aceptación de las innovaciones, y especialmente cuando, como en el caso de BORA – hansgrohe, las personas involucradas no trabajan en un lugar fijo y se hace necesario acordar muchas cosas a distancia. Y es que, salvo una o dos concentraciones al año con todo el equipo, los deportistas a menudo entrenan solos en sus respectivos lugares de residencia o en grupos pequeños.
En BORA, en cambio, el modo de trabajar es diferente y las reuniones en persona están a la orden del día. Y aunque Sigi trabaja con productos técnicos, en BORA, las personas siguen desempeñando el papel más importante como piedra angular de toda innovación técnica, con la complicación de que el equipo de Sigi, precisamente en esa fase de desarrollo de un producto, solo puede recibir una opinión limitada de los clientes, algo que toca compensar con conocimiento del mercado, amplitud de miras y métodos innovadores. Entre las competencias clave se encuentra también el contar con una gran capacidad para visualizar cómo podría ser la cocina del futuro. "Solo hay que saber verlo con los ojos del cliente", afirma Sigi. Para ello, siempre ayuda el observar, desde una fase temprana, los posibles defectos y dificultades que puedan presentarse al cliente, extrapolando a partir de ahí las diferentes necesidades de los usuarios. Solo así es posible satisfacer los deseos del cliente de forma óptima. Otro elemento especialmente importante es que la comunicación interna en el equipo sea transparente. En la práctica diaria, esto se garantiza mediante, entre otras herramientas, tableros ágiles, que pueden operarse digital y físicamente y permiten recoger cada idea junto con su estado. Simultáneamente, también existe un "cementerio de ideas", en el que acaban las ideas que, simplemente, no llegaron a madurar. Esta forma de "reciclaje de ideas" también la conoce Dan, y es que en su terreno también se juega continuamente con ideas antiguas y nuevas.
No toda idea tiene éxito, el fracaso es parte del proceso y el equipo debe aceptarlo internamente. El "éxito", de todas formas, es algo relativo para los dos. Cierto es que los ciclistas se miden por sus victorias y que los nuevos productos de BORA deben alcanzar las mayores ganancias en el mercado, pero no todo gira siempre en torno a esta victoria objetiva. A veces son, precisamente, los pequeños cambios, apenas visibles, los que pueden conseguir dar los pasos más decisivos hacia adelante.
Avance gracias al retroceso
Siempre ganar y solo ganar, y en esto están ambos de acuerdo, es aburrido y, sobre todo, un verdadero jaque a la innovación. Según Sigi: "Si no sufro ningún fracaso, no trabajo lo suficientemente bien". Sea en el deporte o en el desarrollo de productos, el fin en cada caso es aprovechar al máximo la libertad dada y el potencial de innovación y también, por qué no, traspasar el límite, es decir, arriesgar un poco. Así, en una ocasión, según cuenta Sigi, un producto de BORA resultó ser demasiado innovador y no estar maduro para el mercado, siendo retirado finalmente del mismo. De todo ello surgió, no obstante, un testeo aún más preciso de los nuevos productos. Un paso hacia atrás, dos hacia delante. Eso también es parte de toda innovación.
Dan también está totalmente de acuerdo: Él es, entre otros, el fracaso (deportivo) al cargo de que todos los involucrados vuelvan a centrarse y concentrarse, algo que se descuida rápidamente en el camino hacia el éxito. Asimismo, los deportistas con frecuencia se mueven en un terreno movedizo donde una victoria puede verse seguida de un fuerte revés. No siempre son factores externos en los que apenas se puede influir, ya que muchos se pueden controlar conscientemente desde el entrenamiento. Fundamentalmente, un atleta debe aportar flexibilidad para no perder su objetivo de vista, pese a todos los factores externos que puedan interferir. Para Dan, en este sentido, lo más importante es encontrar el equilibrio junto con el atleta y tomar las decisiones partiendo de una base uniforme: el trabajo eficiente e innovador solo se obtiene cuando todas las partes se comprometen al 100 %. Lo comprobó, por ejemplo, en la medición de la temperatura corporal a lo largo de una carrera por etapas, algo previsto, simplemente, por motivos de evaluación, pero, entonces, a un corredor se paró a preguntar el porqué. Si Dan, en esta situación, se hubiera referido a un simple "test sin motivo", su aceptación por parte del corredor habría disminuido rápidamente. En su lugar, se tomó el tiempo para explicar todo y, gracias a la comprensión conseguida, el ciclista no solo se sumó a las pruebas sino que aportó ideas activamente. Para Dan, este estado es "lo mejor que te puede pasar".
En el extremo contrario encontramos fracasos como, por ejemplo, la estimación fallida de las consecuencias de las caídas en las jornadas previas al Tour de Francia de 2020. En concreto, Emanuel Buchmann y Gregor Mühlberger sufrieron caídas sin verse lesionados de forma grave. Se reincorporaron al entrenamiento relativamente rápido y se encontraban bien. Pese a todo, su cuerpo necesitó más tiempo para regenerarse, y ambos acabaron luchando con las consecuencias a lo largo del Tour de Francia, incapaces de poder rendir al máximo. Pero esta derrota, a su vez, fue un gran aprendizaje, tal y como confirma Dan: "No volvería a hacerlo así".
¿Desconectar para innovar?
Pero, ¿cómo ser innovador? ¿De dónde sale la inspiración y cuándo surgen las ideas? Es verdad que el contar con un ambiente abierto y dinámico en la oficina es importante, al igual que cierto nivel de presión, pero Sigi quiere resaltar que, en su equipo, casi todas las ideas surgen durante el tiempo libre, al aire libre o mientras se practica deporte: la inspiración exige cierto espacio. Por eso, desde BORA fomentan activamente un estilo de vida sano y el movimiento al aire libre. Prolongar la pausa del mediodía de vez en cuando para hacer deporte no es ningún problema en BORA. Además de facilitar la inspiración con la práctica del deporte, el saber desconectar tras el trabajo, en casa, con la familia y los amigos, es otra fuente importante de energía que nos permite recargar las pilas y afrontar nuevos retos. Sus hijos (los dos de 8 años de edad) también les enseñan muchas cosas, y es que con frecuencia abordan las situaciones de manera más despreocupada e informal. A Dan también le encanta salir temprano a dar un paseo con el perro o a moverse un poco para ponerse a punto para el día.
Los dos necesitan esa combinación que tan buenos resultados da, impulso y calma. Sigi lo describe con acierto: "La impaciencia da el impulso y la paciencia nos lleva hasta la meta. Las dos son necesarias". Y Dan lo corrobora, ambos profesionales piensan de manera prácticamente idéntica al respecto.
En sus conversaciones sobre cómo surge la innovación, también mencionan la confianza y la valoración como requisitos indispensables. Y qué mejor manera de obtenerlos que a través de éxitos, por ejemplo cuando Dan, como entrenador procedente de los deportes de resistencia, entrena al esprínter Pascal Ackermann, haciéndose este con la clasificación por puntos (la "maglia ciclamino") en el Giro de Italia. Personalmente, Dan también necesita de esta confianza para su trabajo a distancia y sin mecanismos de control directos dentro del equipo. Sigi añade que, además, la confianza crece allá donde se ve reafirmada una y otra vez, naciendo de ello una sensación de seguridad: es algo que han aprendido de sus superiores, a lo largo de sus carreras, y es precisamente así como lo quieren transmitir a sus empleados, continuamente, para que todo el equipo pueda seguir desarrollándose. Y es que, al fin y al cabo, solo con ese compromiso y aceptación es posible abordar cada innovación con confianza en sí mismo, valentía y franqueza.
Por lo demás, ambos se muestran de acuerdo en que el optimismo y el valor para afrontar riesgos, incluida una cierta tolerancia hacia los errores, también son indispensables en la innovación. No obstante, ambos integran activamente en los procesos de innovación a los miembros del equipo con orientación más bien pesimista. Con su inclusión se fomenta la reflexión sobre la propia idea y su análisis y, con ello, una mejora.
Sinergias con provecho
Lo que a ambos profesionales les llama la atención una y otra vez son las similitudes encontradas a lo largo de este diálogo, que dista mucho de un juego estéril de pregunta y respuesta: los dos se complementan y reafirman una y otra vez, dando forma a una compleja conversación. Pese a que, a primera vista, los dos trabajan en áreas y campos totalmente diferentes, si observamos detenidamente podemos encontrar sorprendentes paralelismos. Por supuesto, ambos son líderes, cada uno en su posición, y deben contribuir a la mejora continua de los procesos humanos y técnicos y a generar nuevas ideas. En su día a día escuchan mucho, aportan confianza, buscan el equilibrio regularmente entre la calma y la paciencia o la motivación y el impulso y moderan la comunicación del equipo. Son, en fin, responsables de un gran número de empleados, colegas, deportistas. Pero también en sus aficiones y rasgos privados al margen del trabajo descubren estas dos figuras, calmadas y perseverantes a partes iguales, un sin fin de aspectos en común, y a menudo uno solo puede subrayar lo que el otro ha dicho, aunque no sin extraer la inspiración que pueda brindar el tema y profundizar en el mismo. Y también en su enfoque a la hora de abordar el tema de la innovación encuentran ambos respaldo, a través de las similitudes y los éxitos de ambas partes.
Las mayores diferencias residen, en cambio, en las tareas en sí y en la estructura en la que trabajan. En este sentido, tanto la estructura forzosamente descentralizada de BORA – hansgrohe, con ciclistas repartidos por toda Europa, como el trabajo en BORA, mas concentrado en torno a un área, sus pros y contras. Y ahí es donde se despierta de nuevo el espíritu innovador de ambos, al querer hacerse con una idea bien precisa del día a día del otro, aprendiendo de él, especialmente en lo relativo al liderazgo del equipo y al control de los procesos de innovación, e incluso, idealmente, intentando involucrar al otro de forma activa. Se ofrecen participar en un algún taller, seguir alguna reunión en directo, en fin: adquirir más conocimiento sobre el trabajo del otro y profundizar en ello. Veremos qué innovaciones nos traen en los próximos años. Lo que es seguro es que esta no será la última conversación a fondo entre estos dos impulsores de la innovación de BORA y BORA – hansgrohe.