«Algo así como una galería de arte moderno»

«Algo así como una galería de arte moderno»

Una joven familia resucita una casa señorial inglesa. El centro lo ocupa una colorida cocina de alta tecnología, que aprovecha la arquitectura georgiana temprana trayéndola a escena en el aquí y ahora.

 

FUE AMOR A PRIMERA VISTA

Fue amor a primera vista. Pero tardaron siete años en pasar del flechazo a una relación seria: el tiempo que duraron las negociaciones de compra hasta que la casa señorial inglesa cambió finalmente de titularidad. Los nuevos propietarios son un joven matrimonio que se enamoró siete años atrás de la construcción feudal cuyos orígenes se remontan al siglo XV. ¡Y eso a pesar de que en realidad ambos tienen gustos bastante modernos! La visión de los recién estrenados propietarios era conservar lo máximo posible de lo que ya estaba allí, pero haciendo las adaptaciones necesarias para el estilo de vida actual. El edificio histórico debía convertirse en un hogar para ellos y sus cuatro hijos.

El diseño de la cocina, centro de la nueva casa, se lo encargaron a Martin Holliday. Ya se conocían: como director de diseño de Chiselwood —el estudio de interiorismo y de diseño de cocinas que dirige junto a su mujer Mel en la ciudad inglesa de Lincoln—, ya había diseñado el vestidor y la cocina de la casa donde vivía la familia para sus propietarios anteriores. Debido a su experiencia en el manejo de edificios históricos y protegidos, el diseñador y ebanista de formación les pareció la persona adecuada para el proyecto. A su favor también hablaba su capacidad para diseñar una habitación completa y no solo los muebles de cocina. «Puesto que conocíamos bien a los clientes, estábamos seguros de que nuestra propuesta les iba a gustar», cuenta Martin Holliday. Y tuvo razón: los propietarios le dejaron prácticamente libertad total en todas las cuestiones de diseño.

 

SIMBIOSIS ENTRE LO ANTIGUO Y LO NUEVO

Las especificaciones estaban claras: por un lado, los clientes querían conservar los detalles, mayoritariamente del siglo XVIII, como los estucos del techo, los revestimientos de madera de la pared, las chimeneas de mármol, y las contraventanas y puertas originales. Por otro, también deseaban un espacio práctico que sirviera tanto para comidas informales en familia como para veladas con invitados. La solución de Holliday: «Todos los muebles son independientes y están fijados con unos pocos tornillos. No me parecía bien intervenir demasiado en una habitación que fue diseñada hace tantísimo tiempo. No quería estropear nada.»

 

EL CENTRO LO OCUPA UN BLOQUE DE COCINA QUE ESTÁ PENSADO COMO ZONA PARA DEMOSTRACIONES DE COCINA

La sala principal, de 15 metros de largo, está dividida en distintas zonas por dos islas de cocina exactamente del mismo tamaño. El centro lo ocupa un bloque de cocina que está pensado como zona para demostraciones de cocina. Los invitados toman asiento en los taburetes de bar retapizados, que se distribuyen alrededor de la tabla de piedra maciza, y observan al cocinero mientras prepara la comida en la placa de cocción doble de BORA con teppanyaki de acero inoxidable adicional. Gracias al potente a la par que silencioso extractor de superficie BORA, ni el ruido de la extracción, ni los vapores de cocción ni, por supuesto, los olores, dificultan la comunicación. En la isla gemela de al lado, se instaló un amplio fregadero y dos lavavajillas. El diseñador colocó los hornos, el frigorífico, el congelador y la cafetera automática en la parte delantera de esta enorme sala con un panel frontal que oculta un secreto: «Si en un futuro lejano decidieran quietar la cocina, la sala aún guarda una gran sorpresa», profetiza Martin Holliday. Detrás del panel frontal con los electrodomésticos instalados hay otra chimenea de mármol pareja a la del lado opuesto de la habitación. Holliday la dejó en su estado original por respeto a la historia de la casa. Solo la ocultó.

La otra chimenea de enfrente, con una rica decoración de elementos estucados, sirve de escenario y contrapunto estilístico para la mesa de comedor con 14 sillas. La mesa también la hizo a medida el taller Chiselwood. Apoyada sobre dos anchas peanas azules, recuerda a una mesa de refectorio medieval. Azul, amarillo, rojo: Holliday no temió usar colores llamativos en el ambiente antiguo, lo cual da al conjunto un aire de estilo colonial del Raj británico. En conjunto, el diseñador ha logrado con esta inusual combinación una cocina única, que une lo antiguo y lo moderno, y que irradia un carácter noble y muy moderno al mismo tiempo. «Es un poco como una galería de arte moderno en un edificio antiguo», dice él mismo.

Estudio de interiorismo: Chiselwood

BORA sistema: BORA Professional 2.0, surface induction cooktop, cooktop extractor, Tepan stainless steel grill

Fotos: Darren Chung